viernes, 17 de septiembre de 2010

Iom Kipur: El Placer Del Pecado


Pregunta:

El día de Iom Kipur me resulta deprimente. ¿Por qué pasar todo un día concentrados en nuestros pecados y fracasos? ¿Necesitamos que nos recuerden cuán lejos estamos de ser perfectos?


Respuesta:

Iom Kipur es una celebración de nuestra condición de humanos. Y esa condición implica ser imperfectos.

El fracaso humano es absolutamente predecible y Di-s ha ubicado en el calendario un día al año para el perdón. No es una festividad opcional destinada solamente a quienes pueden haber pecado. Iom Kipur nos llega todos los años, en forma individual, a cada uno de nosotros. Es como si se esperara que cometiéramos pecados, que siempre hubiera metidas de pata por las que luego tendremos que hacer las paces. A Di-s no le sorprenden para nada nuestros fracasos, de modo que Él nos permite hacer una especie de 'reset' cada año. Nunca se sugirió que fuéramos perfectos.

Cada Iom Kipur recibimos una carta de Di-s en la que nos dice algo así como esto:

Yo sé que eres un ser humano. Los seres humanos no son perfectos. Te hice así. Y, te quiero igual. En realidad, ése es el motivo por el que te amo, porque no eres perfecto. Antes de crearte ya tenía la perfección. Lo que espero de la creación es un mundo imperfecto que se esfuerza por mejorar, colmado de seres humanos que fracasan, se levantan y siguen adelante. Sin embargo, por ser imperfecto pero perseverante, tú has cumplido con el propósito de tu creación. Has alcanzado la única cosa que no puedo hacer sin ti, has traído al Di-s perfecto a un mundo imperfecto.

Gracias.

Con Amor, Di-s .

Para todos los que no somos perfectos, Iom Kipur es nuestro día. En lugar de deprimirnos por nuestros fracasos, los celebramos. Cada pecado, cada falta cometida, cada intento fracasado por vivir de acuerdo con nuestro objetivo es una nueva oportunidad para crecer y mejorar. El fracaso en nuestra misión es, en sí mismo, parte de la misión.

Iom Kipur es el día en que Di-s nos agradece por ser humanos, y nosotros le agradecemos a Él por no ser perfectos. Si lo fuéramos, no tendríamos nada que hacer.


Rabino Aaron Moss