martes, 28 de abril de 2009

La Mujer En El Judaísmo: ¿Inferior Al Hombre?


Querida amiga:

¿Qué tal? ¿Cómo va todo? Espero que la última carta que te escribí te haya llegado y la hayas podido leer. ¿Sabes de cuál te hablo? Esa que te escribí acerca de la importancia que tenemos nosotras, las mujeres, en el “iahadut” (judaísmo).

Muchas veces pudiste haber pensado que la mujer judía está en una “categoría” inferior al hombre. ¿Acaso no es un hecho que ella está exenta de aquellas Mitzvot (preceptos) que dependen del tiempo? (por ejemplo los Tefilín, que sólo pueden colocarse durante el día). Todo esto no es más que una falta de comprensión de la realidad, tal como la siguiente explicación va a demostrarlo:

Sabemos que todo en el mundo tiene una función y un propósito específico. El cerebro y el corazón son los órganos más vitales del cuerpo humano. ¿Tendría sentido afirmar que el corazón es inferior al cerebro porque carece de poder de razonamiento? ¡Por supuesto que no! La existencia del organismo depende del funcionamiento correcto de cada órgano con “su propia manera particular”. ¿No es así? Lo mismo puede decirse con respecto al hombre y la mujer: cada uno tiene una misión específica que cumplir. Nuestra misión como mujeres, es ser buenas esposas, excelentes madres, cuidar y criar a los niños cuando estos necesitan nuestra atención. ¿Hay algo más lindo? Por esto Hashem nos liberó de ciertas obligaciones que le impuso al hombre.

Sé sincera contigo misma. ¿Tú crees que cuidar nuestro hogar creando la atmósfera adecuada dentro del marco del judaísmo, educar a nuestros hijos en el camino de la Torá, es algo de menor importancia?
Entonces… (si hay hombres que leen esta carta por favor no lo tomen a mal), es por esta razón de la prioridad de nuestras obligaciones y no por la inferioridad, que las mujeres hemos sido “liberadas” de ciertos preceptos que deben ser cumplidos en un determinado tiempo, de manera tal que no interfieran a nuestras específicas funciones vitales.

Ojalá, querida amiga, logremos cumplir con nuestra hermosa misión y así, Beezrat Hashem (con la ayuda de Di-s), disfrutemos de nuestra vida realmente placentera y pacífica tal como le promete la Torá a la “Eshet Jail” (mujer virtuosa).

¡Con cariño!

Judith
(Extraído de “El Mensaje Semanal” del Templo “Shaar Hashamaim, Abu Azur”, número 27).

viernes, 24 de abril de 2009

Iom Hashoá: El Día En Donde Todos Debemos Participar

Un nuevo aniversario vuelve a cumplirse. La memoria vuelve a tener un papel protagónico. Una verdadera tragedia.

Se me hace imposible esquivar el tema, sabiendo que gran parte de mi familia paterna fue víctima de tal genocidio.
Siempre me pregunté cómo podían existir sobrevivientes que negaran la existencia de un Di-s, de Un Poder Supremo. Teniendo la “exclusividad” de salvarse de tamaña barbarie, afrontando situaciones de tal magnitud, ¿acaso podrían renegar a Hashem?

Mi tía abuela (Z”L) también fue una de aquellas afortunadas.
Leyendo una y otra vez su libro, aun no entra en mi cabeza cómo siempre era la que salía ilesa, la que se salvaba, no corriendo los demás la misma suerte que ella. Muchas “casualidades” y “coincidencias” se daban. Parecía todo muy “irreal”. Un verdadero “cuento de ciencia ficción”. Escalofriante.

En el Priké Avot (2:5) el sabio Hilel nos enseña: “No juzgues a tu compañero hasta que estés en su misma situación”.

Es muy fácil apuntar y señalar con el dedo argumentando (con todo el “derecho” y “autoridad”) qué es lo que está bien y qué no; qué o no debió hacer aquella o cual otra persona. Pero justamente esta Mishná nos enseña que por cuanto que es imposible estar en la misma situación que nuestro prójimo (por más empatía que pueda existir), nunca se lo debe juzgar. Aun en la circunstancia en la que parezca una conducta desvirtuada y desacertada a tus ojos, debes mantenerte al margen.

Con esto no trato de justificar la “rebeldía” o “apatía hacia Di-s” de otra tanta gente, simplemente trabajar internamente para tratar de evitar juicios hacia ajenos, utilizando así esta energía para focalizarnos más en nosotros mismos. Ser concientes que no somos “jueces” de nada ni de nadie. Que nada cambiará (para bien) si emitimos juicios de valor. En todo caso, hay Otro Juez que sabe muy bien hacer las cosas y no necesita "secretarios".

Basta con que miremos nuestro accionar diario para observar las veces que nos enojamos por pequeñeces, intrascendencias o asuntos sin sentido. En contraste, estamos hablando de personas que perdieron a sus familias completas, padres, hermanos, hijos… bienes personales, objetos de valor afectivo, amigos… ¿cosa simple? ¡Para nada! Entonces, ¿cómo no comprenderlos?

“¡Me enojé con Di-s!”, se lo escuchaba rezongar a Jorge, eufórico, tras haber sufrido una pinchadura de goma en su vehículo camino al Templo. “Quiero concurrir a rezar ¿y esto Di-s me hace?”.

No debemos pensar que estamos muy lejos del comportamiento de Jorge.

Sin necesidad de afirmar explícitamente “me enojé con Di-s”, podemos darlo por sentado al enfurecernos sobremanera en las situaciones cotidianas de todos los días.

A tal punto que tanto el Talmud (Shabat 105 b) como el Zohar (Bereshit 27 b; Koraj 179 a) afirman que: “todo aquel que se enfurece, es comparado como aquel que idolatra”. Puede que nos preguntemos: “¿para tanto? Más allá del mal universal reconocido por todos acerca del enojo, ¿cómo se relaciona este asunto con negar la Presencia Divina (Di-s no permita)?”.

Sólo si analizamos el por qué en oportunidades nos irritamos, podremos aproximarnos a una posible respuesta.

Cuando un individuo o situación nos daña física, verbal o monetariamente sacándonos de “nuestras casillas”, la respuesta posible, inmediata y contigua, se aplica con un sin fin de quejas, molestias, y hasta en oportunidades, insultos y agresiones físicas (que no escuchemos).

¿Acaso aquellas reacciones tienen relación alguna con nuestras bases referidas a nuestro reconocimiento que “nada escapa de Di-s”, que todo es dirigido por Él? ¿Puede existir la ocasión que Hashem no desee que alguna situación nos “lastime” y por “decisión” de un sujeto nada omnipotente se concrete?

Este es el motivo por el cual el Talmud afirma que la ira es sinónimo de idolatría. Con nuestro enojo estaríamos afirmando implícitamente que: “no estamos de acuerdo con este Di-s que nos mandó tal o cual situación. No tenemos el mismo criterio. ¡No entendemos por qué es tan injusto!” (j”sh).

Quizá sea un poco difícil internalizar que cualquier acción de otro sujeto o individuo, negativa, positiva o neutral, toda es manejada por un Todopoderoso. Y si se dio, es porque “Alguien” dio el OK para que así suceda. Pero la Fe judía nos enseña que, para nuestro propio beneficio, así es la realidad.

Muchas veces no comprendemos el por qué. Escapa a nuestro entendimiento. Sólo si tenemos la convicción que Di-s nos ama y quiere nuestro bien, podremos aceptar las diferentes situaciones difíciles que nos presenta la vida como oportunidades y trampolines para la autosuperación.

Nadie afirma que sea tarea fácil, pero todos estamos de acuerdo que con esta "nueva" forma de pensar, nuestra perspectiva de vida cambiaría rotundamente. Afrontaríamos la cotidianidad de una manera muy distinta y plena. Más positiva.

En una oportunidad le preguntaron a un hombre de edad avanzada cuál era su secreto para vivir tantos años. El hombre contestó de la siguiente manera: "las personas a lo largo de la vida siempre viven quejándose y preguntándole a Hashem: ` ¿por qué me haz hecho esto?`, a esas personas Di-s las `llama` para darles una respuesta... como yo nunca me quejé, y siempre recibí con alegría todo lo que me mandó el Todopoderoso… ¡aun no tiene motivo para `llamarme` y darme una contestación!”

No alcanza con que hagamos “memoria y justicia” para "sanar las heridas" de catástrofes humanas de tal magnitud. Debemos ir un poco más allá de lo abstracto, del pensamiento. El simple hecho de recordar no requiere demasiado esfuerzo, no nos compromete como verdaderos creyentes en Di-s y no nos mantiene unidos como pueblo. La acción es la mejor manera de hacer honor hacia aquellos que dieron su vida por su Fe y su Di-s, nuestro Di-s, nuestros verdaderos héroes.

martes, 21 de abril de 2009

Una Cuestión De Percepción

No hay actividad o aspecto de la humanidad, positivo o negativo, del que no se pueda aprender algo. Incluso la conducta criminal, por más detestable que pudiera parecer, puede “servir” para enseñarnos una lección.

[…]

Rabí Meshulam Zusia de Anípoli aprendió de un ladrón una serie de sistemas para servir a Di-s:

a) Trabaja en silencio, sin que los demás se enteren;

b) Está dispuesto a correr riesgos;

c) El detalle más pequeño le es importante;

d) Trabaja con mucho esmero

e) Se mueve con agilidad;

f) Es confiado y optimista;

g) Si no tiene éxito en la primera oportunidad, lo intentará una y otra vez más.

El que incluso del mal pueda aprender algo positivo, será una preparación adecuada para la Era Mesiánica, cuando la sublimación del mal será completa y la genuina naturaleza Divina de toda la existencia se tornará evidente, para que todos la perciban.

“Atentos a los Mensajes de la Vida”, Rab David Shraga Polter (Epílogo, página 78.)

sábado, 18 de abril de 2009

Pesaj, Una Fiesta De Fe

Dado que nuestras “fiestas” no se circunscriben a la celebración estática y distante de “glorias pasadas”, sino – muy por lo contrario – son momentos de inspiración efectivos, vivenciales y vigentes en el presente a partir de los logros espirituales de nuestros antepasados, cada vez que nos acercamos a una de estas “fiestas” reintentamos reforzar estos factores internos y darle un nuevo significado a nuestra vida.

Es así que en Pesaj, al rememorar el arrojo de nuestros antepasados en Egipto, pretendemos emularlos y profundizar nuestra propia fe en D”s.

Del mismo modo que en tantas otras áreas vitales de nuestros principios, también la percepción popular de la fe responde – desafortunadamente – a ideas y una visión no-judía de la denominada “vida espiritual”. De este modo, cuando la gente dice que “tiene fe” en una persona o en algún proyecto, está expresando su confianza casi certera en que aquella determinada persona o proyecto no los va a defraudar.

Pablo debía un parcial que le permitiría ingresar a una escuela de estudio superior. Estaba ansioso. “¡Tené fe en D”s!” – le dijo su madre – “vas a ve que te va a ir bien”. Matías debía atravesar una difícil intervención quirúrgica. Los padres se enteraron de un célebre profesor que tuvo éxito en el pasado en operaciones similares. “Le tengo más fe a este que a los médicos de la cartilla. Va a salir todo bien” – tranquilizó el papá de Matías a su esposa que estaba muy asustada ante los difíciles pronósticos.

Jacobo era un jugador compulsivo de las carreras de caballo: “Le voy a jugar a aquel llamado Suzón con su mundialmente acreditado jinete Pferd. ¡Les tengo fe, van a ganar!”.

La Emuná es un principio fundamental de judaísmo. Cuando hablamos de esa Emuná - ¿es esta clase de “fe” que mencionamos, el deber de lo que denominamos los judíos “fe en D”s”?
Los Sabios no lo ven de este modo. La fe no es la confianza en determinado desenlace de cierta gestión. Cuando estamos preocupados por cierta situación riesgosa y decimos que se debe “tener Emuná”, esto no quiere decir que le dictamos a D”s cuál queremos que sea el resultado de las circunstancias. Emuná no es sinónimo de optimismo. Podemos tener nuestras aspiraciones e intentar plasmarlas en realidad, pero muchas veces esas ilusiones no se materializan. La Emuná nos dice que – cualquiera fuese la derivación del escenario presente, jamás escapará a la determinación de D”s. Aun si yo creyera saber lo que es mejor en determinado incidente, y procurara llegar a implementar cierta estrategia apropiada, al tener Emuná en D”s, aceptaré que D”s sabe mejor y llevará los acontecimientos hacia Sus metas.

Al mismo tiempo que perseguimos nuestros objetivos mundanos y terrenales: trabajamos por nuestro sustento, ponemos una cerradura en las puertas por nuestra seguridad, acudimos al chequeo por nuestra salud, comemos por nuestra alimentación, etc. confiamos y sabemos que estas tareas las realizamos porque D”s nos ordenó llevarlas a cabo. No obstante, debemos saber íntimamente, que el éxito de estas gestiones está enteramente en Manos de D”s.

La Torá critica severamente a quien ponga su confianza en otros factores: la fuerza y destreza humana, fuerzas y energía “espirituales”, la magia, las estadísticas, la “suerte”, etc. Apoyarse en cualquier objeto o elemento ajeno, equivale a apoyarse en una pared de cartón (la que indefectiblemente cederá y se caerá). “La esencia del Bitajón es la serenidad del alma del creyente, y que esté su corazón confiado en aquel en Quien deposita su confianza, Quien hará lo bueno y correcto para él de acuerdo a Su Poder y perfecto Conocimiento de lo que será beneficioso para uno” (Jovot HaLevavot – Shaar haBitajón).

Nadie está jamás desprotegido, olvidado o abandonado solo ante las circunstancias – aun si no fuese un Tzadik y careciera de méritos. “Aun si estuviera la lanza colocada contra el cuello de la persona – no debe resignarse de la Misericordia de D”s” – dice el Talmud Berajot. En otras palabras: no existe ante D”s algo más difícil o más fácil (Shmuel I Cap. 14). Muchas veces la salvación y la asistencia llegarán de la manera más inesperada, e - incluso – disfrazada de algún factor natural (ocultando que se está tratando de la Genuina ayuda de D”s) (Rabenu Ioná de Gerona, Mishlé 3).

Tenemos muchos preceptos en la Torá que nos recuerdan la impresionante salida triunfal de Egipto. ¿A qué se debe la abundancia de Mitzvot paralelas? Dice el Ramba”n (Najmanides, al final del comentario a Parshat Bó) que al observar los milagros manifiestos de D”s, podemos percibir incluso aquellos que están ocultos. La recordación de la salida de Egipto debe engendrar en nosotros la certeza que D”s conduce los destinos de la historia aun si no lo vemos y comprendemos en nuestro parecer de la realidad cotidiana.

Si bien querríamos considerar la Emuná como un elemento que está – o no – presente (y creer que nosotros pertenecemos a los realmente “creyentes”), al dirigir nuestra mirada a la Torá, veremos de inmediato que la Emuná tiene muchos niveles diferentes.

Por empezar, la Torá cuenta que el propio Moshé Rabenu fue castigado por pegar a la piedra al final de los cuarenta años de travesía por el desierto. D”s amonesta a Moshé y a Aarón por... ¡su falta de Emuná! Ahora bien. Difícilmente podríamos creer que Moshé carecía de Emuná. ¡Qué nos queda para nosotros! La explicación del tema es que Moshé no tuvo en aquel momento el nivel de Emuná que D”s esperaba de él.

El vocablo “Emuná” proviene de la raíz “amán” (alfarero) y omén (tutor). Ambos dan forma a quién o qué tienen a su cargo – explica R.Sh.R. Hirsch sz”l. Tener Emuná en D”s, es formar la personalidad propia y los ideales de vida, de acuerdo a la convicción de la Existencia, el Poder y la Providencia de D”s.
La Emuná es la visión global de la persona, mientras que el Bitajón representa el enfoque personal del individuo sobre sí mismo. La Emuná es la ley, mientras que el Bitajón es la acción (Jazón Ish). Cuanto más estable y arraigada la Emuná, tanto más se sostendrá en situaciones desafiantes.

Encontramos así, que los judíos aceptaron inicialmente el mensaje de Moshé que hablaba de su futura salvación. Sin embargo, cuando el escenario empeoró por la intransigencia y crueldad del Faraón, ¡“no escucharon a Moshé por la escasez de espíritu y el trabajo riguroso”!Más tarde, los judíos vieron al ejército egipcio derrotado a las orillas del mar y “tuvieron Emuná”, pero a los pocos días – al faltar agua potable para beber – ¡¡volvieron a protestar!!

Nuestro desafío, pues, es afianzar nuestra claridad de conceptos y la certeza en los Atributos de D”s, de modo que tengamos el respaldo necesario para seguir adelante, aun cuando las circunstancias no se presentan tal como hubiésemos querido que se den.De eso se trata Pesaj. Extraordinaria tarea.

"Vesamajta BeJagueja", Rab Daniel Oppenheimer (páginas 171, 172, 173 y 174)

jueves, 16 de abril de 2009

Renovando Nuestra Fe En Pleno Otoño

El séptimo día de Pesaj conmemoramos que los Iehudim (judíos) cruzaron el Mar Rojo luego de partirse este mismo, viendo así, como los egipcios se ahogaban en las profundidades del abismo. Algunos malvados caían como piedras, otros como paja... dependía la perversidad del sujeto que con la misma moneda le pagaban. Los que caían como piedras tenían menos pena, ya que perecían más rápido; en cambio, los que se ahogaban como paja, resurgían constantemente a la superficie y demoraban mayor tiempo en fallecer.

Nuestros Sabios nos enseñan que fueron muchas las disputas de los Bené Israel (hijos de Israel) al percibir que el Faraón se había arrepentido de haberlos dejado ir e iba por ellos.

Pero un hombre llamado Najshón ben (hijo de) Aminadab (a su vez hermano de Elisheva, esposa de Aharón) no lo pensó dos veces. Se arrojó al mar hasta que las aguas le llegaron al cuello. Hizo su máximo esfuerzo. Hasta donde pudo realizó. Era consciente que para que la salvación de Di-s sea posible, el individuo debía realizar sus máximos esfuerzos. No serviría de nada argumentar: "Di-s me salvará" quedándose de brazos cruzados.

Luego de aquello, Hashem, por fin, partió las aguas, como todos ya conocemos.

No entraremos en detalles acerca de los milagros que ocurrieron en el mar mismo, pero sí nos detendremos a reflexionar acerca de este pequeño suceso.

En la cotidianidad también nos enfrentamos con dificultades a los que no les vemos posible salida.
"No, de esta sí que no salgo". Realmente nos asombramos mucho de cómo pudo ser que finalmente la solución llegó. Cómo aquel examen fue exitoso y qué hizo que tantos clientes adquieran ese producto que estaba tan "out". ¿Cómo explicar estos sucesos? ¿Podremos aproximarnos a cálculos Divinos?

Cuando el individuo piensa que tiene la "fuerza" y el "poder" para realizar tal o cual cosa, Di-s le dice: "Ok, prueba tú... si te crees tan listo, ¡adelante!". Sólo cuando el individuo reconoce que "ya no queda más lo que hacer", es cuando el Todopoderoso da una solución o se acerca a ella.

Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y saber agachar la cabeza para que la salvación tenga lugar. No creer que "las sabemos todas", o que por nuestra "inteligencia" o "picardía" ganaremos tal fortuna o prestigio académico.

No debemos olvidarnos que la partición del Mar Rojo no fue una sola vez en la historia. En realidad, históricamente se fragmentó en más de una oportunidad (tal como lo relata el Talmud en el tratado de Sanedrín), pero muchos "mares rojos" se parten cotidianamente, casi sin darnos cuenta. Y con nosotros mismos...

Basta con que miremos nuestro propio organismo. El sistema circulatorio, respiratorio, nervioso, reproductor, excretor, digestivo. ¿Cómo se explica que una gran máquina humana funcione unánimante las veinticuatro horas del día? ¡No tiene descanso! ¿Y el recalentamiento energético en dónde quedó? (un médico podría dar más detalles de todos estos milagros... ¿¡o acaso pueden llegar a existir aquellos profesionales ateos, luego de ver tantas bondades Celestiales?!).

Muchas personas se cuestionan: "¡la muerte súbita es algo inexplicable!", más bien yo exclamaría al revés: "¡la vida es inexplicable!". ¿Cómo se explica aquello que una persona debe vivir?, hay materia, órganos, plasma, pero ¿qué es lo que lo propulsa a vivir?. Un verdadero milagro Divino.

Así también el sistema solar, los planetas, los astros, las constelaciones...
Si el Sol estaría un milímetro más lejos de la Tierra, moriríamos congelados (Di-s no permita). Y si se encontraría un milímetro más cerca de nosotros, pereceríamos quemados (Di-s no permita).
Pero no... Todos sabemos que en la posición justa, correcta y exacta se encuentra este mismo. Tenemos frío, tenemos calor, pero no al punto de que corran peligro nuestras vidas.

Así también, somos conscientes que la Tierra gira alrededor del Sol y aun así no sentimos aquel efecto. En momentos deberíamos estar "patas para arriba".
No solamente que damos vueltas constantemente, sino que Hashem hace que pensemos que estamos con "los pies en la Tierra". Es un efecto mágico. Dar trompos sintiendo que esto mismo no sucede (¿qué director de Hollywood puede realizar esta técnica?).

Ahora es el momento propicio para que cambiemos nuestra perspectiva para afrontar el día a día. Para retomar fuerzas en nuestro espíritu y fe. Para renovarnos.

Veamos la siguiente explicación para ampliar la idea última:

"Guardarás el mes de Aviv -primavera- (se refiere al mes de Nisan), y harás pascua a Di-s, tu Di-s; porque en el mes de Aviv te sacó tu Di-s de Egipto, de noche" (Deuteronomio 16:1).

El Rambán (Najmánides) aprende de este versículo que existe una obligación en Pesaj de recordar que salimos de Egipto en el mes de la primavera.
¿Qué tiene de especial recordar algo tan insignificante como la estación en la que ocurrieron los grandes milagros? ¿Con qué criterio se nos exige este precepto?

La Torá quiere que a través de esta Mitzvá nosotros ganemos autoestima y confianza para cambiar nuestros actos y conductas. Sabido es por todos nosotros, que en la primavera todo se renueva. Las flores, los árboles, todos toman su color especial y característico.

Por eso el Rambán determina que hay una obligación de recordar en Pesaj que salimos de Egipto en el mes de la primavera, para conscientizarnos que ahora es el momento propicio para cambiar. En donde todo se renueva. También los humanos...

martes, 14 de abril de 2009

Pesaj, Moshé Y Julio César

Adivine la diferencia entre una visita realizada a su patria por Julio César y una hecha por Moisés.

Julius César desembarca en el Aeroporti de Roma en Italia, e inmediatamente sentirá que algo está equivocado. La gente no habla su idioma. La religión local es completamente diferente. Roma ya no es más la capital cultural del mundo. Él no tiene nada en común con los habitantes de su tierra.

En el aeropuerto Ben Gurión, en Tel Aviv, la escena se despliega de manera muy diferente. Un Moisés anciano sale del avión. La emoción lo supera cuando sus pies tocan la tierra de Israel por primera vez. Habiendo llevado su nación a través del desierto durante cuarenta años y falleciendo allí sin alcanzar la Tierra Prometida, Moisés finalmente lo ha logrado.
“Shalom” le dice un joven maletero del aeropuerto que emigró hace poco de Rusia y que se acerca para ofrecerle ayuda.

“Shalom” contesta Moisés, asombrado del hecho que el idioma hablado en este lugar maravillosamente moderno es el mismo que él hablaba hace miles de años. Luego observa un grupo de hombres que reza en una esquina del aeropuerto. Cuando se les acerca, ve que cada uno de ellos viste Tefilín y Talit.

Después de que terminan de orar, Moisés habla con ellos y les examina sus artículos religiosos. Son iguales a aquellos que él ordenó (por orden de Di-s) en el Monte Sinaí.
Más de 3.000 años separan a estos hombres. Uno nación en Egipto; los otros en Moscú, Etiopía, Nueva York, Casablanca, Bombay, Sydney, París y Johannesburgo. Todavía comparten el mismo idioma, fe, tradición y visión de vida. Moisés dirige su rostro al Cielo y grita: “¡Bendito es el Omnipotente, pues mi pueblo todavía está vivo!”.

La nación judía ha sobrevivido imperio tras imperio de perseguidores. Egipto antiguo, Persia, la antigua Grecia, Roma… ¿ahora dónde están?





¿Cuál es el milagro de la supervivencia judía? Es nuestra unificada fe judía, historia y herencia. Hemos sobrevivido a lo largo de los siglos debido a la cadena indestructible de nuestra herencia. El 15 de Nisan todos los judíos se sientan juntos a un Seder de Pesaj. Comemos la misma comida, la misma Matzá. Algunos recitan la Hagadá Entera, otros un resumen y otros cantan unas canciones.

3.300 años es un largo tiempo para guardar el mismo menú aprendido en el Monte Sinaí.


Rabino Israel Meir Lau

(Ex rabino de Israel. Actual rabino de Tel-Aviv. Sobreviviente del Holocausto)
Fuente: Periódico Judío Independiente Comunidades, número 457, página 6.

Noti-Blog

Hola a todos los lectores del Blog!
Estos días no se publicaron posts por inconvenientes con la conexión de Internet.

En primer término es mi deseo que terminen lo mejor posible este Jag (festividad) junto a sus amigos y familiares. Que la felicidad de estos días nos llene durante el transcurso de todo el año.

Invitamos a todos los lectores que comenten las entradas publicadas en el Blog, enfocando el mismo al debate y a la opinión y no al discurso único.

Le comento también que el joven perdido, el cual mencionamos hace unos días, por fin apareció.

Se trata de Moisés Segal, de 22 años, quien había sido visto por última vez el jueves pasado, cuando participaba de una ceremonia religiosa. "Moshe" está sano y salvo, confirmó en Radio 10 Ariel, su padre.

Ariel Segal contó que su hijo "estaba en Plaza Italia y se tomó un colectivo que lo dejó en Moreno"."Estuvo los dos últimos días en la comisaría 1ª de Moreno, donde durmió y comió.
Esta mañana me llamaron del Centro de Orientación para las Personas y me contactaron con la Policía", indicó.

Moisés se había perdido el jueves por la tarde cuando salía de un templo de la comunidad judía Jabad Lubavitch en el barrio de Once. "Moshe" iba con su hermano al servicio religioso, pero se retiró del lugar sin ser advertido por los guardias de seguridad.

La familia de Moisés es dueña de una de las más tradicionales librerías de textos judíos, "Sigal", en el barrio de Once sobre Corrientes, a metros de Pueyrredón.

(Fuente: http://www.infobae.com/contenidos/441160-0-0-Encontraron-al-joven-que-hac%C3%ADa-seis-d%C3%ADas-estaba-desaparecido)

miércoles, 8 de abril de 2009

Libertad, Libertad, Libertad

El conflicto de valores que tenemos los judíos (como así también muchas otras religiones y culturas) con el mundo de alrededor, no es nuevo ni poco frecuente. Es más bien un tema asiduo y reiterado al que nos enfrentamos todos. Y es tan viejo como la historia judía misma.

En Egipto, a su manera, nuestros abuelos se enfrentaron a la misma disyuntiva. La Hagadá (texto que se debe leer en la noche de Pesaj), habla de cómo nuestros antepasados se convirtieron en una nación en el propio Egipto, considerando que este imperio poesía una cultura muy fuerte y arraigada, codiciada y emulada por los demás pueblos de la época, siendo que la familia de Iaakov contaba en total con el limitado número de setenta personas. La incipiente estirpe de Iaakov aún no poseía Mitzvot (preceptos) salvo la circuncisión. Sin embargo, los pocos miembros de aquella familia, "se convirtieron allí en una nación - nos enseña que los hijos de Israel se distinguieron allí" (Hagadá de Pesaj).

No es fácil ser distinto. Especialmente cuando uno sospecha que no será aceptado como "igual" entre los demás. A muchos de los que sufren de una pobre auto-estima, les costará sostenerse y consolidar una identidad frente y en medio de una población de semejantes no tan semejantes.

Dado que habitamos en el Galut (exilio geográfico y espiritual), no podemos abstraernos a este permanente desafío de seguir siendo judíos al mismo tiempo que compartimos un país al cual queremos y defendemos, que nos recibió en momentos difíciles y al cual aportamos, cuyo destino, a veces feliz y otras, angustiante, compartimos.

El enigma que estamos tratando no es un punto de conflicto para jóvenes exclusivamente. Los "grandes" estamos expuestos exactamente al mismo desafío, con la diferencia, que siendo mayores, nos cuesta modificar actitudes que ya están arraigadas en nosotros - para bien o para mal. Como adultos, habitualmente ya hemos creado un entorno social en el cual nos sentimos cómodos, la gente con quienes salimos, etc. Si viviéramos nosotros también en un ambiente adverso, sin duda nos costaría muchísimo afirmar nuestra identidad. Más que seguro, entraríamos en la costumbre de aparentar de la misma manera que vivieron los judíos en España como "marranos", cuando se los puso ante la alternativa de abandonar la península perdiendo todo lo que tenían o claudicar de sus creencias.

[…]

Pues, entonces, el problema no es nuevo. Cuando en Pesaj festejamos la "libertad", nos referimos a algo mucho más profundo que simplemente el derecho a la autodeterminación que festejan otros pueblos en su Día de la independencia. Dado que no sabemos el entorno que le va a tocar vivir a nuestros hijos, es importante no perder la oportunidad de esta fiesta en que modificamos nuestra dieta de pan, reemplazándola por Matzá durante una semana, para tratar un tema por cierto muy espinoso. Y, ¿quién sabe? Tratemos de profundizar nuestro propio apego a aquella libertad, acercándonos a los que sabemos que queremos ser, sin interferencias de lo que desde afuera nos intentan vender.

Me gustaría también analizar otro aspecto actual de la libertad.
¿Por qué llamamos a Pesaj la "fiesta de la libertad"? Más allá de toda la historia habitual de todos los años... ¿Tenemos idea de qué se trata?
Libertad. ¡Ah! No la aprecia aquel a quien nunca le faltó. "Quien no vivió la época del proceso, Siberia, las persecuciones nazis, nunca va a entender de qué e trata" - así piensan mucho. "Pero hoy somos libres. Podemos decir lo que más se nos da las ganas. Trabajar de lo que queremos. Vivir donde queremos. Estudiar donde queremos". ¿De qué nos podemos quejar hoy en día?
En realidad es un poco más complejo. En la lectura de la noche de Pesaj se nos pide que "nos sintamos como si nosotros mismos hubiésemos salido de Egipto". Es que habiendo nacido libres en una época de "libertad", ¿cómo podemos identificarnos con los judíos que salieron de Egipto?

Quizás no seamos tan libres como pensamos. Posiblemente no haya quien desde lo exterior nos limite en nuestro quehacer, pero sí haya un factor interno que puedes ser aun peor que el de afuera. Más difícil de reconocer como tal y más difícil de desafiar. ¿Somos realmente libres? ¿Somos capaces de "largar" los vicios? ¿Somos capaces de actuar sin tener en cuenta el "qué dirán" de aquellos que nos rodean? ¿Somos capaces de controlar nuestros impulsos cuando ocurren ciertas cosas que nos irritan? Para la mayoría de las personas la respuesta es un rotundo NO. Quizás no lo quieran admitir. Quizás respondan que son libres porque hacen "lo que quieren". Pero eso que "quieren"... ¿es el resultado de instintos que dictan las órdenes al igual que el resto del mundo animal, o son el resultado de un pensamiento racional que responde a un cálculo moral equilibrado, responsable y quizás espiritual?

[…]

Toda esa manera nuestra de vivir... ¿es realmente libre? ¿O seremos esclavos toda la vida copiando modas de vestir diseñadas por comerciantes, formas de hablar escuchadas de otros, modos de actuar "que queden bien" para los demás ("for export only"), etc., repitiendo como loros lo que otros ya masticaron...?

La libertad total es uno de los valores más cotizados de la Torá. Aun cuando limitados por fuerzas físicamente superiores, el pueblo judío mantuvo su libertad de sostener sus convicciones. Solo pudimos y podemos elegir el observar las leyes de la Torá, pues estamos libres de perjuicios, del confort o comodidad que ofrecen el no cumplirla y del "indio" interno que puede ofrecer resistencia a los órdenes de la mente racional. La Matzá, libre del aire que incorpora el pan al fermentar y elevarse, simboliza, entre otras cosas, a la persona real, modesta, libre de soberbia y altanería, el mayor mal de las características humanas, causante de tantos otros males.

"Vesamajta BeJagueja", Rab Daniel Oppenheimer (páginas 187, 188, 189 y 190)

martes, 7 de abril de 2009

¡URGENTE! JOVEN PERDIDO EN BUENOS AIRES





Desaparece un joven de la comunidad Jabad Lubavitch de Buenos Aires

AJN.- La última vez que lo vieron salía de un templo sito en la calle Boulogne Sur Mer. Está desaparecido desde el jueves. Su familia es dueña de la tradicional librería “Sigal” del barrio de Once. En vísperas de la festividad de Pesaj su madre dialogó con la Agencia Judía de Noticias y rogó ayuda. Foto: Moisés Segal (Moshi)

Un joven de 22 años de nombre, Moisés Segal, (“Moshi”) se perdió el jueves por la tarde cuando salía del templo de la comunidad Jabad Lubavitch en la calle Boulogne Sur Mer y aún no regresó a su casa.
El joven iba con su hermano al servicio religioso pero se retiró del lugar sin ser advertido por los guardias de seguridad.

“Yo ya no puedo vivir con esta situación, tengo 9 hijos y no logro concentrarme en ninguno de ellos. Necesito encontrarlo, además está sin tomar su medicación y podría estar en una crisis”, suplicó Noemí, su madre, cuya familia es dueña de una de las más tradicionales librerías de textos judíos “Sigal” en el barrio de Once, sobre Corrientes a metros de Pueyrredón.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias, Noemí, mencionó que “Moshi” ya se extravió en otras oportunidades debido a su trastorno “pero siempre sabe cómo volver a casa y regresa en el día”, sin embargo la preocupación crece cada minuto porque Moshi ya lleva 4 días perdido, sin medicación, con ropa sucia y “probablemente este en una crisis o se halle desubicado” espacialmente.

La mujer dijo que realizó la denuncia en la comisaría 7ma. del barrio de Once pero que allí le informaron “que lo tendrán en cuenta y que no pueden hacer más que avisar al resto de las seccionales.”

Noemí, que empapeló las calles con la imagen de su hijo, mencionó que recibió información que indica que su hijo fue visto el domingo por la noche en la zona de Cabildo y Olleros y alertó que también cabe la posibilidad de que deambule por la zona de Plaza Italia.

En vísperas de la festividad de Pesaj Noemí dijo a AJN: “no se que más hacer y necesito ayuda. Si alguien ve un chico con esas características que por favor lo agarre y llame al 911 o a la comisaría”, exclamo.

Fuente: http://www.prensajudia.com/shop/detallenot.asp?notid=14297

Mensaje De Pesaj: ¿Por Qué El Dolor?

Pregunta: Celebramos Pesaj para agradecer a Di-s el sacar a los israelitas de la esclavitud egipcia. Pero fue Di-s mismo quien los puso allí. Si Él no nos hubiera hecho trabajar como esclavos, no hubiesen sido necesarios todos los milagros. Así también con cada milagro, Di-s hace los problemas y luego nos da una solución para los mismos que Él causó, y nosotros le agradecemos. ¿Qué sentido tiene todo esto?


Respuesta: Una de las derivaciones más poderosas del monoteísmo es que lo "bueno" y lo "malo" vienen de una fuente: Di-s. Todo lo que nos sucede, si nos trae placer o duele, si hace la vida más fácil o más difícil, es parte del Plan Divino. No hay dos fuerzas que luchan por el poder del control del universo, sino Un poder de Quien todo proviene.

Esto significa en verdad, que no hay "bueno" y "malo", sino dos tipos de bondad: lo "bueno revelado" y lo "bueno oculto". Incluso los momentos "malos" son finalmente para bien. Cualquier desafío por el que pasamos, cualquier dolor que experimentemos, debe tener algún propósito positivo, porque todos vienen de un Di-s Que es bueno y determinado.

Encontrar el significado en medio del dolor es duro, a veces imposible. Pero después, una vez que el dolor mengua y lo superamos, podemos mirar atrás e intentar ver lo que tenemos y aprender de la experiencia "negativa". A veces, en un momento de claridad, podemos incluso decir que, por más doloroso que fue, necesitábamos pasar por él.

Esto es el por qué en la noche de Pesaj conmemoramos el Éxodo comiendo Matzá, y también conmemoramos la esclavitud comiendo Maror (hierbas amargas). Para apreciar la libertad de verdad, se necesita experimentar primero su ausencia. El amargor de la esclavitud es lo que llevó la dulzura de la libertad.

Pero extrañamente, comemos Matzá (libertad) antes que Maror (esclavitud). Esto parece al revés: ¡la esclavitud vino antes que la libertad! ¿Por qué, entonces, no comemos Maror primero? Porque sólo después de experimentar la libertad, podemos mirar atrás, en nuestra esclavitud y comprender la parte positiva oculta del dolor. Reconocemos que somos quiénes somos hoy, debido a la libertad que ganamos. Pero también debido al dolor que experimentamos.

La identidad nacional judía se formó por la esclavitud tanto como por la liberación de ella. Nuestro prevalecer, instinto de supervivencia, y habilidad para adaptarnos a cualquier ambiente, nacieron durante nuestro doloroso principio en Egipto. Como personas libres, podemos mirar atrás y apreciar lo que la esclavitud hizo por nosotros. Después que comemos Matzá, podemos regresar al Maror y entender su propósito.

¿Por qué debemos sentir el dolor para crecer? ¿Por qué Di-s no podría colocar las cosas de diferente manera, sin que debamos aprender de las lecciones sin dolor?
Estas preguntas son ahora incontestables. Hasta que Mashiaj venga y todo el dolor se vuelva algo del pasado, el misterio sigue siendo un misterio. Pero los hechos aun quedan. Nos desarrollamos de verdad como personas, cuando enfrentamos la adversidad.

Nuestro mundo ha visto bastante dolor.
Así como el dolor de la esclavitud egipcia acabó en Pesaj, que desaparezca todo el dolor con la llegada de la era de la última libertad.


Aaron Moss

sábado, 4 de abril de 2009

El Huracán

Un panorama desolador.

El huracán había destrozado las precarias viviendas de los indígenas de la tribu jaimhualpas, del Altiplano boliviano. En realidad no se trataba del primer temporal que azotara la región. Los habitantes del lugar sabían desde tiempos inmemorables que el clima del sitio provocaba esta clase de desastres de tanto en tanto. También la zona había sufrido sismos y terremotos.Curiosamente, había casas muy antiguas que se mantenían en pie, a pesar de los vendavales. ¿Cómo había subsistido la tribu tantos siglos a pesar de los ciclones?

Ya nadie se acordaba bien en qué momento se había perdido la habilidad de construir mejores edificaciones. Los más ancianos del clan atribuían la fragilidad de las estructuras más nuevas, a los materiales de construcción nuevos y más prácticos que les vendían los blancos europeos que habían conquistado el territorio en el que ellos vivían (“los materiales ya no los hacen como antes”). Hacía ya tiempo que habían reemplazado el laborioso arte manual heredado de sus antepasados, y pasaron a edificar con bloques Ladrifácil ® cemento Pegasolo ® y otros inventos “modernos”. “Lo barato sale caro” - pero ya nadie sabía cómo se habían construido esas arcaiquísimas viviendas que sobrevivieron los peores temporales imaginables. El ingenio de los abuelos había cado en el olvido, y estaba sepultado- aparentemente para siempre - junto a tantos secretos de los viejos indígenas… Lamentablemente eran presos de las empresas que les ofrecían este único modo de edificar.

Junto a su vivienda destrozada, estaban los niños de la familia Gran Notzá llorando por sus modestas pertenencias que habían quedado bajo los escombros probablemente destrozadas. De cada lado de lo que había sido su hogar estaban papá y mamá sin saber cómo enfrentar la situación. Si bien - afortunadamente - todos habían salido ilesos del derrumbe, ambos padres se responsabilizaban uno al otro por no haber hecho nada para mejorar la estructura de su vivienda, a pesar que las fisuras ya habían sido notadas hacía tiempo. Jamás se habían ocupado de reforzar la endeble casita. De algún modo, habían deseado que milagrosamente su hogar se mantuviera en pie, aun cuando sabían que cada temporal anterior, se había llevado las casas de sus vecinos.

Pero esa magia no ocurrió. Habría que ver ahora si podrían levantar una nueva estructura…

Nuestra realidad no es muy distinta.

No seremos indígenas, pero sí heredamos la eterna sapiencia de cómo construir un hogar estable, que puede resistir los avatares de la vida. Esa sabiduría no se relega a cuestiones edilicias, aunque sí a lo esencial: la entereza y estabilidad del hogar. Sin embargo, no podemos dejar de reconocer: “los de antes” eran más fuertes.

Siempre existieron temporales - en todas las épocas, y nuestros abuelos supieron cómo fortalecer las estructuras espirituales de sus hogares para que no se derrumbaran. Aún se puede observar la vida unida que llevan abuelos que se han casado hace 40 y 50 años. Aquellos que vivieron en la pobreza gran parte de su vida, quienes tuvieron que atravesar el así llamado holocausto y la pérdida de tantos seres queridos. Personas que debieron reconstruir su vida en latitudes a las que arribaron sin idioma o preparación profesional, y en la que debieron luchar para comer y alimentar a su familia.

Pasaron los años y se intentó construir con materiales más baratos: fáciles, prácticos, carentes de esfuerzo. Era lo que se ofrecía, y realmente sonaba atractivo.“Lo viejo” requería mucho empeño, que no estaban dispuestos a invertir: amor espontáneo, una vida con menor compromiso, el ingreso irrestricto de los medios y de conceptos foráneos a los hogares, una “masificación” de metas y objetivos casi completamente distintos a lo que histórica y prácticamente demostraron ser idóneos y buenos.

Los huracanes no dejaron de soplar. Se pudo observar el derrumbe de muchas casas de los vecinos, y se veían las fisuras en la pared. Cada uno de los integrantes del matrimonio entendió que fue responsabilidad del otro hacer algo por remediar la situación. También se esperó que milagrosamente se resolviera.

Otro motivo por el que no se hizo nada, fue que no sabían que era posible resolver las situaciones. Ante la caída y ruina de otros hogares, parecía ser una cuestión de fatalidad (“mirá lo que les pasó”) que no está en manos humanas zanjar - ¿existía, acaso, una a estructura antisísmica que soportara las presiones económicas, los aprietes familiares, el “qué dirán” de la sociedad, y la irascibilidad y falta de contención irresueltas de cada uno?

“Al lado” del hogar caído estaban los niños llorando, mientras cada uno de sus progenitores estaba en sendos costados del nido familiar derrumbado, sin saber cómo proceder. No había consuelo posible para los niños, puesto que los padres no tenían respuestas adecuadas ni siquiera para sí mismos. “Van a tener que entender” - repetían la frase hueca y poco convincente que responde a una de tantas resignaciones de la vida, salvo que resignarse a una realidad no significa que uno entienda verdaderamente por qué tenía que ocurrir, y que solamente alimentan el resentimiento que se palpa continuamente en la sociedad moderna. Y claro - en la medida en que un cuadro social se repite cada vez más, pasa a considerarse “normal”, y se bajan las defensas y la voluntad de luchar para limitar y detener el flagelo - aun si fuera tan solo para preservar una sola familia.

Es posible que los niños que perdieron su hogar no carezcan de bienes materiales, pero sí han sido despojados de muchísimos otros bienes inmateriales, que son tanto más indispensables para poder construir una vida sana para sí mismos en el futuro.

Intentaremos estudiar la situación desde la perspectiva infantil, tomando en cuenta - obviamente - que no todos los niños padecen esa contingencia de la misma manera, y que bajo ningún concepto estamos queriendo juzgar a ninguna persona por haber pasado por la traumática experiencia de un divorcio.Aun si en cierta situación no quedara otra alternativa sino la disolución del hogar, esto no exime a los progenitores (y quienes los acompañan) a tomar los recaudos para evitar que los niños sufran más de lo que ya están padeciendo.

Confianza

Las convicciones de la vida requieren un clima de estabilidad para poder asumirlas y arraigarlas. Por naturaleza, los progenitores son las personas en quien confía el bebé y luego el niño. A medida que crece, esta confianza se va expandiendo y transfiriendo también a hermanos y compañeros, creando en los pequeños un clima de estabilidad emocional, algo sumamente importante para enfrentar las eventuales adversidades de la vida.

En una situación sana, el entorno permite que el individuo cuente con sus familiares y amistades en los momentos de crisis, y la fortaleza madura de los vínculos fraternales lo apoyará aun durante los penosos desengaños que también pueden presentarse.

La disolución del hogar, provoca una desestabilización en sus integrantes.Si bien cada uno intentará rehacer su vida a partir de los escombros, esta tarea puede ser traumática y no sin secuelas.

No olvidemos que el matrimonio es el compromiso más importante, abarcativo y a plazo indeterminado que asumimos en la vida. Cuando este concepto santo se desautoriza, todas las demás palabras que se empeñen cobrarán un valor relativo. Demorará tiempo - y mucho trabajo interno - hasta que los miembros de la familia se reubiquen y puedan volver a confiar en el ser humano y en lo que creían más sólido en su vida.

Si el divorcio tuvo como ingrediente una conducta irresponsable o de mala fé por parte de uno - o ambos - padres, y esto se vuelve manifiesto, se sacude aun más la estructura ideológica de los niños, pues si el respaldo ético sobre el que se sostiene su conducta está cuestionado, toda su escala de valores morales corre peligro de desmoronarse. Claro está que en muchos casos, los niños - a cierta edad - ya han experimentado la conducta de otros miembros más honradamente sólidos de la sociedad, motivo por el cual no dependen solamente del modelo doméstico deteriorado para establecer su escala de valores. Sin embargo, esto no deja de ser un tema no menor

Una vida nómada

Al dividirse el hogar, los niños pierden un elemento que todos los seres humanos necesitamos: un espacio propio.

Aun cuando un muchacho está estudiando por mucho tiempo lejos de su hogar, sabe que en su casa está “su” cama y “su” mesita de luz. En su casa, hay una cocina de “su” familia, y tiene un sitio en el mundo.En la medida en que se dividen los tiempos y los espacios de los niños en dos, cada uno de estos “nuevos” espacios son solamente “suyos” en forma parcial. Si, afortunadamente (no siempre es tanta fortuna) uno, o ambos, de sus progenitores vuelve a armar un nuevo hogar con otra persona, obviamente esto puede causar ansiedad en los niños que deberán acostumbrarse a convivir con un/a ajeno/a - un nuevo/a pariente que suele tener otros afectos anteriores.

Si en esta circunstancia, habrá niños del matrimonio previo del nuevo cónyuge de su papá o mamá, la necesidad de compartir sus espacios íntimos en uno o ambos de sus nuevos hogares, tampoco se torna en una situación simpática.

Doble lealtad

Cuando la relación entre los padres ya se ha ido menoscabando progresivamente a ojos de los niños, se suma la dificultad de éstos de respetar y amar a ambos progenitores simultáneamente de modo natural, pues sienten que las demostraciones públicas de afecto hacia uno de ellos, puede irritar al otro, que evidentemente no siente aquel mismo cariño.

Sentirse en medio de una disputa de dos personas queridas es estresante para cualquier ser humano. Al tratarse de un vínculo íntimo tal como los hijos con sus padres, esta angustia aumenta exponencialmente.

Existen, lamentablemente, muchos casos en las que los padres utilizan a sus hijos para presionarse mutuamente, y otros en los que se plantean estrujes extorsivos entre ellos con un manipuleo doloroso en el que se involucra a los niños en temas en los que no deberían ni querrían participar. Es innecesario recalcar cuánto sufrimiento esto suscita en ellos, y cuánto daño en su propio futuro a nivel educativo. Aun si creyeran en sus planteos que sus demandas son justificadas, esto no les da derecho a utilizar a los hijos (desdichados rehenes de sus padres, a quienes supuestamente aman, y cuyos derechos hipotéticamente están defendiendo) para su pulseada.

¿Existe peor?

Sí, lo hay. No faltan aquellos padres que sondean a sus hijos tras cada visita que transcurre en la casa de su otro/a papá o mamá. ¿Tiene dudas de cuánto desazón ocasiona este cuestionario y evaluación? ¿se imagina cuánta fábula y mentira origina este interrogatorio cuando el niño sabe claramente que ciertas situaciones escandalizarán a este otro/a padre?

¿Existe peor?

No le quepa la menor duda.Hay papás y mamás que impiden que sus hijos visiten a sus otros papás. O no cumplen adecuadamente con los horarios prefijados para llevar y traer a sus hijos. El fastidio que originan en sus ex-cónyuges lo sienten, directa o indirectamente, sus “queridos” hijos.

¿Más?

Claro que sí: cuando se acusa falsamente (con tácticas de letrados irresponsables) al otro papá de maltrato hacia los hijos, y estos deben acudir a los tribunales a señalar a sus papás como delincuentes, o peor…

Sentimiento de culpa…

La conducta inapropiada de los niños suele crispar a los papás. Si bien en situaciones “normales” este enojo suele disiparse con el tiempo, y se reestablece la vida estándar dentro del hogar, muchas veces, esta misma situación puede convertirse en “la gota que rebalsa el vaso”, provocando irritación extrema en los padres, para quienes ya automáticamente todas sus penas son de sola culpa de sus cónyuges. Cuando finalmente la pareja termina por separarse, no son pocos los casos en los que los niños sienten culpa, por haber “causado” la separación final de sus papás.


…y vergüenza

Y también está la humillación.

Ante (parte de) la sociedad, la disolución del hogar no es algo feliz. Aunque tristemente existan aquellos que festejen su divorcio como si se tratara de un alivio, esto no es otra cosa que pintar de rosa un fracaso personal… los niños, quienes aún conservan ciertos conceptos íntegros, sin duda, no lo ven así.

Para los niños, la necesidad de tener que enfrentar esta situación que ellos no han creado, también es muy hiriente (cuando ellos se pelean los papás los retan, pero cuando los papás lo hacen…).

En el hecho de contraer matrimonio hay un compromiso implícito hacia los niños, que no son títeres ni revisten el rol de prisioneros cautivos de los papás. Los hijos no constituyen un trofeo de guerra de los papás en conflicto. El abuso verbal y las situaciones que describimos desafortunadamente superan ampliamente en dolor, los también tan desventurados castigos corporales.

La situación de rencor que se siente a raíz de la terrible desilusión de encontrarse casado por el resto de la vida con una persona con quien se siente desdicha, y en quien se había depositado toda la confianza, es horrible.

Muchas veces, quienes están en esta sombría experiencia, buscan ventilar sus enojos y sus decepciones en amigos, esperando ser entendidos y acompañados en su desencanto, y quizás hasta buscando apoyo para justificar una rápida separación como salida fácil a su problema, cuando quizás no sea la mejor idea y el conflicto tenga otra solución, aunque fuera con gran esfuerzo y concesión. En este contexto no faltan las exageraciones en las que se pinta maliciosamente al cónyuge de quien se quiere separar.

¡Padres y amigos!

No empujen a una pareja con problemas al borde del abismo. Al margen de que el futuro separado no es tan rosa como se cree cuando se sufre el conflicto para las propios cónyuges, casi siempre hay niños inocentes en el medio, para quienes el perjuicio es enorme.Las soluciones mágicas no existen. Los huracanes no son nuevos. Y la preparación para permanecer lo más lejos del ojo de la tormenta también están en la Torá, y no en los medios. ¡Seamos sensatos!

(Rabino) Daniel Oppenheimer

Extraído de la publicación semanal "Ajdut Informa", número 632.