martes, 4 de octubre de 2011

¿Tienen las Mujeres Algo que Ocultar?



Pregunta:


¿Por qué el judaísmo ordena a las mujeres mantener sus
cuerpos cubiertos? ¿Hay algo vergonzoso o malo en el cuerpo de la
mujer? ¿Por qué una mujer tiene que esconderse sólo para que otros no
se sientan tentados?

Respuesta:


Asumes que la única razón para la vestimenta modesta es
evitar la tentación. Mientras este puede ser el caso en otras
religiones, para el judaísmo no es cierto. La manera judía de la
vestimenta modesta no es sobre cómo otra gente ve a las mujeres, sino
cómo las mujeres se ven a ellas mismas. Cubrir algo no siempre
significa avergonzarse de ello. ¿Alguna vez te has dado cuenta de cómo
tratamos a un Rollo de Torá? Nunca lo dejamos abierto. Está oculto en
muchas capas. La Torá se mantiene adentro de una sinagoga, en el Arca,
detrás de una cortina, envuelta en una tela, y cerrada con un
cinturón. Solamente se saca para propósitos santos, para ser leída
durante los servicios. Para esos momentos especiales, cuidadosamente
corremos la cortina, abrimos las puertas del Arca, sacamos la Torá, la
descubrimos y la desenvolvemos. Tan pronto como hemos terminado,
inmediatamente la volvemos a cubrir y la guardamos. ¿Por qué hacemos
todo esto? ¿Por qué tanto lío para ocultar la Torá? ¿Estamos
avergonzados de ella? ¿Hay algo que ocultar? ¿Hay algo horrible sobre
la Torá? Por supuesto que no. Más bien, lo contrario.

Siendo que la Torá es nuestro objeto más sagrado, especial y precioso,
nunca lo exponemos innecesariamente. Lo mantenemos cubierto porque no
lo queremos tratar “a la ligera”, no queremos ser demasiado “casuales”
con él. Si la Torá siempre estuviera visible y abierta, entonces nos
sería demasiado familiar, y no la respetaríamos tanto. Al mantenerla
fuera de la vista, y trayéndola solo en tiempos apropiados, mantenemos
nuestra reverencia y respeto por la Torá.


Lo mismo es con nuestros cuerpos. El cuerpo es una creación sagrada de Di-s.

Es la morada sagrada del alma. La manera en la que mentemos respeto por el cuerpo,
es a través de cubrirlo. No porque nos avergüenza, sino porque es muy
bello y precioso. Esto es cierto para los cuerpos de los hombres
también, y la vestimenta modesta también se aplica a ellos. Pero es
más en el caso de las mujeres. El cuerpo femenino tiene una belleza y
un poder que sobrepasa por lejos al masculino. Los Cabalistas enseñan
que el cuerpo de la mujer es de una belleza más profunda porque su
alma viene de un lugar más elevado. Por este motivo, su cuerpo debe
permanecer discretamente cubierto. En un mundo en donde el cuerpo de
la mujer se ha reducido a propaganda barata, no precisamos prueba
alguna sobre la veracidad de esta sabiduría. Cuando todo está
expuesto, nada es sagrado.

Pero aquello que es verdaderamente precioso para nosotros, lo
mantenemos envuelto.



La Enseñanza Semanal, Jabad Lubavitch Argentina, Nº883

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