domingo, 5 de febrero de 2012

Perdidos en la Montaña



Tres hombres se perdieron en la montaña y tenían solamente una fruta para alimentarse, quienes casi desfallecían de hambre.

Se les apareció entonces Di-s y les dijo que probaría su sabiduría y que, dependiendo de lo que mostraran, los salvaría.

Les preguntó Di-s: "¿qué pedirían para solucionar el problema y que todos se alimentaran?".


El primero dijo: "haz aparecer más comida".

Di-s contestó que era una respuesta sin sabiduría, pues no se debe pedir que aparezca mágicamente la solución a los problemas, sino más bien trabajar con lo que se tiene.


Dijo el segundo: "entonces haz que la fruta crezca en abundancia como para que sea suficiente".

Di-s contestó que no, pues la solución no es pedir siempre más de lo que se tiene para arreglar las cosas, ya que el ser humano nunca que satisfecho y por ende, nunca sería suficiente.


El tercero dijo: "mi buen Di-s, aunque tenemos hambre y somos orgullosos, haznos pequeños para que la fruta nos alcance".

Di-s dijo: "haz contestado bien, pues cuando el hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad".


A veces esperamos que otros arreglen los problemas o buscamos la salida fácil, pidiendo a Di-s que arregle todo sin nosotros cambiar o sacrificar nada.

Por eso en oportunidades pareciera que Di-s no nos escucha, pues pedimos sin dar nada a cambio y queriendo obtener lo que pedimos.


Seremos felices el día en que aprendamos que la forma de pedir a Di-s es reconocer que somos débiles, hacernos humildes, dejando de lado nuestro orgullo.


Veremos entonces que al no excedernos en pretensiones y siendo humildes, vendrá la prosperidad. ¡Hazte pequeño y serás grande!



Publicación semanal "Or Mizrah" Nº477

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