viernes, 20 de noviembre de 2009

Educando Con Amor

En un lugar de Estados Unidos se encontraban aula con más o menos 16 alumnos, pertenecientes a una importantísima escuela.
Sucedía que por estos alumnos habían pasado distintos Rabanim, maestros, maestras, especialistas y no había forma de contenerlos. Eran rebeldes, mal hablados, nadie podía con ellos. ¿Cómo podía ser?

Cierto día apareció en esta institución un importante funcionario público, que observó la gran indisciplina poco contenida durante todo un año. Aunque cada uno y uno de los 16 alumnos no habían repetido el año, no había cambios en su decisión. Por ende, la situación lo obligaba a pensar en cerrar toda la escuela.

El director estaba desesperado. Comenzó a consultar a sus colegas y, gracias a Di-s, le recomendaron cierta maestra que tenía mucho corazón para tratar alumnos de este tipo, que tenían alrededor de 14 años aproximadamente.

Al tener una junta con esta mujer, ella les aclaró que para asumir como maestra de ese aula en particular, necesitaba observar el curriculum de los jovencitos. Por supuesto se lo proporcionaron. Donde ella leyó decía algo así como:

Reubén 94
Levy 93
Alan 95
Shimón 92
Iosef 93

Al leer la información, de pronto la maestra dijo: “No puedo, ¡no puedo asumir ahora! Por favor denme un tiempo para prepararme bien porque me enfrento a chicos muy inteligentes y no puedo fallar. Ya que esperaron 1 año, esperen 1 mes más, nada pasará. Esa es mi condición.” Como no les quedaba otra opción, desde ya aceptaron.

Llegaba el momento de asumir su puesto y había muchas expectativas sobre esta docente.
Comienza esta nueva etapa… pasa 1 mes, 2, 3 meses… y magníficamente estos jovencitos parecían haber nacido por segunda vez. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué milagro se había producido? ¿Qué misterio se encontraba oculto en esta espectacular ayuda Divina? Por supuesto, todos los directivos propusieron una reunión a fin de descubrir el motivo del rotundo y ansiado éxito.

Al reunirse, el Rab principal le preguntó a la maestra cuál era la clave de tanto cambio positivo y qué táctica psicopedagógica había aplicado. Ella, muy sorprendida ante tanto honor, le contestó que no había hecho nada del otro mundo. Simplemente, luego de leer el puntaje tan alto al que se enfrentaba, debía prepararse para afrontar verdaderas maravillas de alumnos…

Ante esta respuesta, todos se miraron asombrados. Uno de los participantes le dijo: “Señora, está usted en un error… lo que usted leyó no era ningún puntaje… eran…” Y hubo un silencio. “Eran los años de nacimiento de cada uno de los alumnos…”

Con esta verdad concluyó esta historia muy real, de la cual aprendemos que cuando miramos a nuestro compañero con un poco de amor, con un poco de respeto, sin envidia, sin pensamientos extraños o retorcidos, sin mirarle sus defectos sino sus virtudes, todo cambia. La naturaleza se modifica y suceden hechos casi inexistentes de acuerdo a la realidad.


Publicación semanal “Para vos, Mamá!” Nº2

1 comentario:

  1. ALAN, TODOS TUS ARTICULOS SON MARAVILLOSOS, PERO ESTE ES DOBLEMENTE LINDO, LA EDUCACION CON AMOR RINDE FRUTOS IMPRESIONANTES, ES LO MAS HERMOSO QUE PODEMOS HACER LAS MAESTRAS, AMAR A NUESTROS ESTUDIANTES, Y HACER DE ELLOS GRANDES SERES HUMANOS. GRACIAS POR TU ARTICULO, HAY MAS DE UNA MAESTRA QUE HOY ESTA DICHOSA CON ESTE RECONOCIMEINTO, GRACIAS, SHABAT SHALOM.

    ResponderEliminar