viernes, 19 de febrero de 2010

La Gran Preocupación Rabínica...


En una oportunidad, en los agobiantes días de verano, Rabí Itzjack Eljanán fue en busca de descanso y de un poco de aire fresco a una aldea cercana a su hogar, del otro lado del río.
A la mañana siguiente a su llegada, el Rab madrugó y salió apresuradamente de su hospedaje, asiendo una carta en su mano, preguntando a sus ocasionales vecinos dónde podría encontrar un mensajero que cruzara el río en bote y le entregara el sobre a la gente de su casa, en Kovno.

Un joven habitante de la aldea, intrigado por conocer el mensaje tan urgente que debía ser entregado, se ofreció a realizarlo él mismo, sin pérdida de tiempo alguno.
A lo largo del camino, este mensajero luchó contra sus instintos, resistiéndose a abrir la carta y leer su contenido, pero cuando llegó del otro lado del río, no aguantó más y lo abrió...

No poca fue su sorpresa al leer el escueto pero magistral mensaje que enviaba el gran Rabino a su gente: "Está escrito en el Salmos: "Y su piedad está en todas sus obras", he aquí, que en el patio de nuestra casa, hay un gato al que todas las mañanas le llevo leche y ahora, que estoy fuera, olvidé dejar a alguien encargado de esta tarea y esto me intranquiliza… por lo que pido por favor que se apiaden de mí y se ocupen para que alguno lo haga en mi lugar".

Rab Itzjak Eljanan, ¡el adalid de Israel! ¡La autoridad rabínica de la generación! Un Rab tan elevado espiritualmente y tan encumbrado comunitariamente, paralelamente podía ocupar su mente con el gato que está en el patio de su casa.

Publicación semanal "Maor Hashabat" Nº67

1 comentario:

  1. ALAN, INTERESANTE ARTICULO, ES VERDAD, QUE QUIEN TIENE RESPETO POR LOS NINOS, LOS ANCIANOS, LAS MUJERES Y LOS ANIMALES, TIENE UN PUESTO ESPECIAL DENTRO DEL MUNDO CIVILIZADO. GRACIAS POR COMPARTIR CON NOSOTROS, TODAS ESTAS ENSENANZAS. SHABAT SHALOM.

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