domingo, 24 de mayo de 2009

"¡Tenme Paciencia! Soy El Bambú Japonés"

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.

Hay algo curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó solo seis semanas en crecer? No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitieran sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simple resultado del crecimiento interno, y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuado ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en la que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice. "El triunfo es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación".

Que podamos tener la paciencia y perseverancia del cultivador del bambú, ya que los mayores retos y los que más tardan, son cuando tenemos que cambiar interiormente.

Extraído de la enseñanza semanal "Or Mizrah"

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