jueves, 27 de agosto de 2009

Los Dos Hermanos

Una antigua leyenda relata que hace mucho tiempo vivía en Ierushalaim un anciano y sus dos hijos. El mayor era soltero y vivía solo, el menor estaba casado y tenía tres hijos. Ellos eran agricultores y cultivaban la tierra.
Los hermanos se amaban tanto que no querían dividir el campo entre ellos. Araban, sembraban y cosechaban juntos. Y el producto del trabajo era dividido en partes iguales.

Una noche, el hermano mayor estaba preocupado y no podía dormir pensando: “Yo vivo solo, sin mujer ni hijos. No tengo que alimentar ni vestir a nadie. En cambio, mi hermano tiene la responsabilidad de mantener una familia. ¿Es justo, entonces, que los dos recibamos lo mismo por nuestro trabajo? Sus necesidades son mayores a las mías”.
A medianoche se levantó, tomó parte de su trigo y las llevó al campo de su hermano. Regresó a su cama y se durmió tranquilo.

Esa misma noche, tampoco su hermano podía dormir, pues pensaba: “yo tengo hijos que se preocuparán por mí cuando en la vejez, pero mi hermano… está solo, ¿quién cuidará de él? No es justo que compartamos la cosecha del mismo modo”.
Así que se levantó, tomó parte de su trigo y lo colocó en el campo de su hermano. Regresó a su casa y se durmió profundamente.

Por la mañana, los dos hermanos se asombraron al ver la misma cantidad de trigo cosechado que habían dejado la noche anterior, pero ninguno dijo una sola palabra.
Lo mismo sucedió durante las siguientes dos noches…

La tercera noche, cuando cada uno de los hermanos estaba llevando parte de su trigo al campo de su hermano, se encontraron en la cima de una colina. Inmediatamente comprendieron lo que había sucedido. En el lugar donde estaban y sin decir nada se abrazaron y lloraron de felicidad.

Di-s, que fue testigo del profundo amor entre estos dos hermanos, bendijo el lugar donde se encontraron y lo eligió para construir allí el Beit Hamikdash.
Y cuando el rey Shelomó construyó el Templo, lo hizo precisamente en ese sitio donde fluye la paz y el amor.

¡Gracias a D.T. por su colaboración!

1 comentario:

  1. chevere solo cuando nos hacemos conscientes de nuestro amor podemos dar amor...Jani..

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