viernes, 19 de marzo de 2010

Maestro En Apuros


Un gran maestro con experiencia de varios años en la enseñanza, se encontraba atorado en el tremendo tránsito de New York. Desesperado y casi sin crédito en el celular leía Tehilim (Salmos) para no romper la maravillosa rutina de jamás haber llegado tarde a clase en sus 30 años de carrera.

Además, ese día justo sus niños de tercer grado lo esperaban ansiosos porque debían rendir un difícil examen. Lamentablemente el desorden era cada vez peor, y nuestro querido maestro logró encontrar a sus alumnos casi una hora y media más tarde de la establecida. Se encontraba agitado, nervioso, transpirado y fuera de sí.

Cuando llegó al aula, ocurrió algo inusual e inesperado: uno de sus alumnos ni bien observó al maestro entrar, asomó su brazo izquierdo, levantó su manga y le mostró el reloj. "¡Qué descarado!", pensó este maestro, y sin pensarlo le dio una fuerte cachetada que dejó a toda la clase en un silencio abismal. El niño, sin inmutarse, volvió mudo a su asiento.

En la noche, mientas el maestro cenaba en su casa, escuchó que alguien tocaba la puerta. Al abrirla... ¡oh, sorpresa! Eran los padres del alumno que había recibido el cachetazo.
"Maestro, perdón por nuestro atrevimiento pero, ¿por qué le pegó de esa manera a nuestro hijo?", preguntó la mamá. "¿Ustedes me preguntan eso?, ¿acaso está bien la actitud de su hijo hacia mí? Estoy llegando todo sufrido, preocupado por ellos, nervios, examen, en 30 años me caracterizó la puntualidad, ¿y qué observo? Que ni bien entro al aula él muy descaradamente hace hincapié en mi llegada tarde. ¿Ustedes no hubieran hecho lo mismo?".

Luego de un rato, el papá tomó la palabra y dijo: "Querido maestro, ¿cómo cree que nuestro hijo iba a tener el atrevimiento de obrar de aquella manera? Usted sabe que él lo ama y admira desde siempre... le habíamos regalado un bonito reloj para su cumpleaños y lo primero que nos pidió fue por favor que el primero en ver su preciado regalo sea su maestro... ¡usted!
Nuestro hijo estaba tan ansioso por mostrarle su nuevo reloj, que lo primero que hizo al verlo fue arremangarse para que lo pudiera apreciar".

Muchas veces actuamos precipitadamente, no pensamos, creemos que todo lo sabemos. ¡Qué error! ¡Qué lástima que uno pierda cosas en su vida como el cariño de un niño! No nos dejemos llevar por lo que ven nuestros "anteojos", muchas veces están oscuros y sucios, llenos de prejuicios. Pensemos un poco antes de actuar, reflexionemos y apliquemos el tan difícil trabajo de juzgar siempre a TODA persona para bien.


Publicación semanal "Para vos, Mamá!" Nº13

1 comentario:

  1. ALAN, QUE LINDO ARTICULO, SIEMPRE LE PIDO A DI-S QUE ME DE LA VISION PRECISA PARA OBSERVAR A MIS ESTUDIANTES Y VALORARLOS EN SU CORRECTA DIMENSION. HAY MUCHO QUE APRENDER Y DE ESTE ARTICULO CADA LINEA ES UN VERDADERO APRENDIZAJE PARA NOSOTROS LOS MAESTROS.GRACIAS QUE ARTICULO TAN BONITO.

    SHABAR SHALOM

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