martes, 15 de septiembre de 2009

Mensaje De Rosh HaShaná





Como todos sabemos, el “fin” de año se aproxima… mejor dicho, el principio de un nuevo año se acerca.
Cada uno sabrá hacer sus cálculos y estimar qué tan positivo pudo llegar a ser y qué cuántas otras cosas deberá corregir. También existirán personas las cuales piensen que no deben cambiar nada, que todo está “bien” así, que no hay nada mejor que se pueda hacer. No me voy a meter en eso. Esa es una elección íntima y personal.

Más allá de los errores, éxitos y faltas, desde lo personal, este año me enseñó fundamentalmente que se debe ser más tolerante con los demás. Dejar pasar…
Si bien a nadie le gusta que lo ofendan ni lo “pasen por arriba”, eso no otorga ni derecho ni valor para “hacernos valer” de la manera que pensamos que corresponde. Existen otras personas más allá de nosotros que también sienten y sufren nuestras contestaciones. Que a pesar de su “crueldad”, “maldad” o “arrogancia” también tienen sentimientos.

Estimo que nunca jamás se podrá saber a ciencia exacta a cuántas personas dañamos en nuestras vidas. Muchas veces todo queda en el “olvido”, pero guardado en las entrañas del agredido. Y no comunicarlo puede generar problemas para un posible agresor y obviamente para la víctima misma.

No olvidemos lo que nos enseña el Talmud en el tratado de Rosh Hashaná (17 a): “quien deja pasar su cualidad (no es vengativo ni rencoroso), le dejan pasar sus pecados" (el juicio no será estricto con él).
Porque a fin de cuentas Hashem se comporta con nosotros “midá kenegud midá”, es decir, de la misma manera que nosotros nos comportamos con el otro (“la misma moneda”).

Y no solamente por el "temor" a cómo se comporten "de arriba" con nosotros, sino por nosotros mismos, por nuestra salud mental y física debemos ser más tolerantes. Después de todo, combatir los nervios y el stress hoy en día, no es tarea sencilla...

En segundo punto quería agradecerles a los lectores por estos meses en línea. Sé que no son muchos, pero también tengo entendido que valoran lo que escribo y eso me enriquece enormemente. Sabiendo lo que implica que aun una persona, tan sólo una, se beneficie con los artículos, entonces mi tarea ya está cumplida. Un insight individual puede cambiar mundos enteros. Y más siendo concientes de la influencia de tan sólo una persona en los grupos sociales que ella integra: familiar, laboral, con amistades. Y el valor del estudio de la Torá, es invaluable independientemente de cuántas personas la estudien.

Tal como escribía en la “Introducción al Blog”, allá, por el mes de marzo, lo que postulo desde aquí es que: “Las corridas con las que nos topamos en este ya avanzado siglo XXI, a veces no nos dan lugar a la reflexión e introspección personal para la auto-superación y desarrollo personal.
Momentos libres a los que le dediquemos un espacio para aquello, se tornan imposibles de encontrar. Ya no se piensa en contemplar el cielo unos minutos, o -para los que pueden- observar las olas del mar golpeándose contra la escollera, pensando en el existir cotidiano, en las cosas de todos los días.
Tenemos toda la agenda ocupada y muy llena; parece ser que ya no hay tiempo ni para los propios hijos...

Desde aquí, este pequeño espacio que me da la Web, trataré de transmitir las reflexiones y mensajes que la vida me enseña a cada minuto de este existir.
Todas las ópticas, expresiones y deducciones no se basan ni en las ciencias ni en la filosofía socrática o platónica... una mirada desde mi propia experiencia, desde mi propio vivir, anexada a esta misma la opinión de nuestros Sabios y las escrituras Sagradas, ya sea la Torá escrita como la Torá oral”.

Creo que más que nada se apuntó a darle significado y valor a las relaciones interpersonales del día a día. A detenerse y pensar acerca del cómo tratamos a un otro eterno que siempre estará cerca nuestro, queramos o no. Porque a fin de cuentas Hashem quiso que convivamos en comunidad y en contacto interpersonal continúo (y se ve reflejado en los múltiples preceptos que Di-s nos encomendó los cuales, algunos, se pueden llegar a cumplir únicamente mediante el trato con el compañero).

En un mundo competitivo en donde aquel que logra hundir o ahogar primero al otro es el que prevalece y el “afortunado”, en estos tiempos que la ley del más fuerte gana, no queda más remedio para nosotros que intensificar la búsqueda de lo humano por sobre la arrogancia del poder.
El hombre en búsqueda intensa de su pleno “bienestar” y observándose solamente a él, desemboca directamente en individuos aprovechadores de pobres indefensos. Tales son los casos de falsificadores de medicamentos oncológicos, médicos realizando intervenciones quirúrgicas innecesarias (cesáreas), aprovechadores de pobres desesperanzados que ofrecen reconciliarse con sus parejas anteriores por “módicos precios” y en “simples rápidos pasos”, entre otros.

No existen dudas que el modo de vincularnos actual es preocupante. El panorama es abruptamente desalentador. Pero... eso no quita que no debamos hacer méritos y luchar para no caer en aquellos abismos espirituales. El ventajismo y la “elite” podrán dominar el mundo. Es nuestro deber darles pelea y que no les sea tan sencillo ganar la batalla.

En una oportunidad una persona le preguntó al Rab Israel Salanter ZZ”L: “querido Rabino, me gustaría que me aconsejara qué `kavaná` (intención, pensamiento) efectuar al vestirme el `talet`. ¿Qué me recomienda?”. A lo que el erudito respondió: “trata de pensar en que, cuando te envuelvas en él, no golpees con los flecos (tzitzit) a tu compañero que se encuentra detrás de ti. Esa es la mejor `kavaná` que puedes pensar…”

Para aquellas personas que lo desconocían, les cuento que hace un tiempo el creador del sitio “Judaísmo Virtual” (Daniel Deshe) me ha otorgado el honor de poseer una columna personal en su magnífica página.
En más de una oportunidad incorporó artículos propios en la portada principal del site y envió masivamente estos mismos mediante sus newsletters semanales, llegando estos a cientos de personas dispersas por todo el mundo.
Mis múltiples agradecimientos hacia él también y hacia aquellas personas que me leen desde allí y hacen sus comentarios respectivos.

Por último, les pido disculpas por no poder escribir artículos personales más frecuentemente. Como muchas veces observarán, en oportunidades selecciono extracciones de otras fuentes.
En un principio, la idea del Blog era solamente publicar elaboraciones propias, pero soy tan meticuloso y detallista con las correcciones, modificaciones e incrementaciones , que el sólo hecho de escribir ya me lleva mucho tiempo. Más del que imaginan…

Por ello, para leer acerca de “Rosh Hashaná” y “Iamim Noraim” remito a los primeros posts creados del Blog: “El invitado principal” y “En piloto automático”. ¡Que los disfruten!


¡Gmar Jatimá Tová! ¡Tizkú LeShanim Rabot Nehimot Be Tovot!
Alan J. Owsiany

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