martes, 10 de marzo de 2009

Purim: ¿por qué enviamos regalos?

Las principales mitzvot (preceptos) que tenemos en Purim son:

a) Escuchar la Meguilá (pergamino el cual relata los hechos históricos del milagro) de noche y de día.

b) Participar de un banquete festivo.

c) Repartir dinero a los carenciados (por lo menos a dos).

d) Enviar comidas (al menos dos) a un compañero (mínimamente).

Mientras los primeros tres preceptos resultan medianamente lógicos, resulta poco entendible el por qué del último.

Podemos comprender la obligación de leer el pergamino el cual se narra la historia misma de Purim, como así también participar en un banquete festivo (en las demás festividades también comemos ya que la comida alegra el corazón de la persona). También no somos ajenos a la mitzvá de tzedaká (caridad), en las festividades siempre se realizan esfuerzos para que los menos pudientes también puedan festejar. Pero... ¿a qué se debe el envío de comidas al compañero?, no existe alguna analogía con otras festividades del calendario. Es un asunto exclusivo de Purim.

En la Meguilá leemos: "Hay un pueblo desmembrado y desunido..." (Esther 3:8). Según el Talmud, Hamán el perverso quiso calmar el temor del rey Ajashverosh del posible castigo de Di-s por querer destruir al pueblo de Israel. Al encontrarse el pueblo "desmembrado y desunido", no habría de qué temer... Di-s no los ampararía en ese estado. El envío de comidas, demuestra entonces la unión entre los judíos, revirtiendo lo que alegó Hamán.


¿A quién enviar?, ¿al mejor amigo?, ¿a la persona con quien se quiere "quedar bien"?, ¿al que me manda a mí?, ¿a quién enviar?.

Efectivamente, enviando a cualquiera de ellos, se cumplió con la mitzvá (precepto). Sin embargo, quizá tendría más sentido tratar de pensar en aquellas personas con quien hubo algún roce o algún malentendido. Habitualmente sucede que experiencias negativas con otros seres humanos quedan "colgadas" por mucho tiempo. Pareciera ser que prescribieron con el correr de las circunstancias. Cada uno hizo su vida y la cosa quedó en el olvido... aparentemente. Hasta que vuelve a la superficie, o quizás no se muestren los síntomas del rencor jamás, pero quedó el dolor. A través del paquete uno estaría demostrando la estima personal que tiene por el otro.

Las palabras del Kitzur Shulján Aruj (Resumen del Código de Leyes Judías) son ampliamente claras para interpretar el espíritu de estas leyes: uno debe dedicar más fondos a la mitzvá de dádivas a los carenciados, alegrando a los necesitados, viudas y huérfanos, que lo que gasta para la comida festiva y los obsequios que remite a sus compañeros.



Adaptado de un escrito del Rabino Daniel Oppenheimer

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